Ese hombre es Francisco Urban, quien trabajó para terceros desde muy pibe y aprendió el oficio de reparar motores eléctricos.
Con el tiempo Francisco se independizó y comenzó a realizar trabajos por su cuenta para grandes firmas como por ejemplo Alpargatas, su primer gran cliente.
Esta familia fue creciendo y las nuevas generaciones aprendieron los valores y el oficio en el taller de Francisco.
Con el orgullo de nuestra historia afrontamos los nuevos desafíos de este tiempo incorporando nuevos productos y servicios, haciendo crecer la empresa pero sin perder nuestras bases, nuestros valores, nuestra esencia.
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